el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

mi coche


mis palabras quieren salir cuanto antes de mi boca
quieren ir la misma velocidad que las ruedas de mi coche
que hace unas horas seguía el compás de mi corazón.
nunca abría imaginado que eso fuera libertad.
la libertad de demostrarme que se que se.
los coches me adelantaban, una vespino me adelantaba
pero daba igual, en ese momento eramos los dos
los que hacíamos posible el milagro de la libertad;
mi coche y yo!

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