el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

morfeo

siento cómo morfeo

se acuna entre mis párpados

por esto escribo;

para que la noche

no venga tan temprano,

para que no venga la oscura sombra

y me duerma entre sus brazos

voz


hace más de mucho tiempo

que no consigo ver

una mirada en otros ojos

que no sean los suyos.

pero mataste mi conciencia

abrasándola entre cigarrillos,

creo que me siento libre

para perderme en tu azul.


sé que quizás sea imposible

que el que vengas seas tú.

mi atención pasea entre cuatro paredes;

busca tu profunda voz;

voz que alegra mi mañana

voz que ameniza el sopor,

que consigue estremecerme el alma

y que deja muda mi propia voz.

al despertar (a)

como una de esas princesas
que aparecen en los cuentos de hadas,
como una fresca mañana
en la que sólo estamos tú y yo.

entre tus brazos dormía,
mientras tú soñabas,
y sin mediar palabra,
una caricia me despertó

nuestros labios se acercaron
como la primera vez,
y el laberinto del palcer
nuestras manos recorrieron
y como en un leve vaiven
llegamos al amor,
de nuevo los dos a la vez.

distancia (a)


hoy el mundo por fin ha frenado

de su rápida transición

hasta hoy no he podido caminar despacio

pero hoy abandono esta habitación.


es por ti que hoy me levanto

pronto, como cualquier otro día más

pero hoy será un día diferente

porque por fin te podré besar.


las noches oscuras te eché de menos

pero aun más en el largo amanecer

pero hoy viajaré sola

hacia tus brazos otra vez.


no sufras porque este lejos

pues mi alma contigo está

no extrañes mi besos

pues junto a ti todas las noches se van