el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

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Qué dulce es el chocolate en mi boca,
qué amargo resulta después.
Qué clara es la noche cuando no la miras,
qué oscura se torna cuando la ves.
Qué calor desprenden tu voz al escucharla,
qué fría cuando se lee.

"Soy un juguete del destino"

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