el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Caja de música


Cierro la puerta tras de mi; firmo otra vez mi sentencia de fin de semana.
Todo comienza de nuevo.
Me enfrento a los fantasmas de otras personas, soy juez de paz y a la vez soldado en el campo de la sangrienta batalla de siempre.
Mi patria entre estas paredes es el dolor y la soledad, a los que juro deslealtad en cuanto alguien me lleva a volar.
Soy prisionera d las heridas ajenas, del pasado de otras vidas que no se recordar.
Pero la fuerza del perdón me hace seguir en pie.
Guardo en esa escalofriante caja de música recuerdos del pasado, marcas de cuerpo y alma, y el reflejo de un camino por el que no andar.
Guardo en ella también; el miedo, las lágrimas y los gritos, el silencio...
Pero se cierra la puerta de nuevo tras de mi y la caja de música vuelve a sonar.

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