el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Gané, Ganamos



Comienzo a caminar, mis pies avanzan rápido y no se muy bien por qué.
Paso a paso sin mirar el suelo, deseo a deseo sin mirar el corazón.
Se traban mis piernas entre un bosque de ramas caídas.
Salto, camino sin detenerme ni por un segundo, todo esta demasiado oscuro como para ir por donde siempre, así que manteniéndome en vertical sobre las frías piedras del camino comienzo a otear ese edificio que tal vida me proporciona en estos momentos.
comienzo a buscar mi presente destino y no lo atino a encontrar.
-Hoy no se ha asomado, hoy no me busca- me digo mientras bajo por la cuesta del olvido.
Llamo, preguntan, abren y subo, soy invisible al mundo.
llego, nervios, deseo... poco a poco el culmen se va viendo en los ojos de aquel que nos mira. Despacio pero deprisa, desnudando sueño a sueño.
Sí, lo deseo, grita mi mente.
Por lo que duró el duro trabajo regálame la recompensa de hoy.
Las manos frías, tiemblo...
Gané, ganamos... es lo único que sé por hoy, no me quejo, se hace la hora y he de marchar, tengo que volver a la realidad.
De regreso a casa una gota mía resbala por mi.
Esto es ganar, pues hay palabras peligrosas de las que no se debe hablar.
Hoy vuelo más alto que nunca.
Sonríe,
De nuevo gracias, y hasta pronto.

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