el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Validation

Diría que el día de hoy se me asemeja a una utopía.
Me siento como un arma cargada de alegría, preparada para servir al mundo, decidida a regalar paz, sobretodo, dispuesta a sonreír.
Pero esta sonrisa que ahora luce mi alma es por ti
Tu fuiste quien me regalo su tiempo aceptando mi petición.
Me he sentado en medio de un campo, he pensado en todo aquello y he sonreído.
Mientras el viento desordenaba mis ideas al susurrarme un cuento que decía así:


Era sé una vez, una bella mariposa con las alas más brillantes que jamás pude ver, vestía en color verde y azul, y de vez en cuando sus alas se abrían al viento, se estiraban y movían de arriba a abajo pero esta mariposa jamás pudo volar, siempre lo había intentado, frustrados sus intentos por la maldición que una hechicera un día la impuso por tener las alas mas bellas del bosque,la hechicera siempre la repetía que no podía volar, que dejara de intentarlo,  hasta que un día perdió la esperanza y se resignó a caminar por el suelo.
Y así pasó largos años de su vida...
Un día se reencontró con su ansia de volar, y aun sabiendo lo imposible de su sueño, ella decidió subirse al sitio más alto que encontrase.
después de un rato pensado decidió subirse al monte más alto del bosque, y tras mucho tiempo de subido llegó a lo a alto pero ella quería subir más y se puso a llorar recordando su condena.
En esto que una amapola oyó su llanto y la pregunto -¿Por qué lloras?-
Ella mi triste contestó - Estoy triste porque a pesar de tener estas bonitas alas, no puedo volar.
La amapola con una serena voz la preguntó: - ¿Porqué no puedes volar?- la mariposa se quedó pensando, nunca supo el porque no podía volar - pues ahora que lo dices nunca he sabido por que no puedo volar, recuerdo que de pequeña siempre lo intenté pero la hechicera me decía una y otra vez que yo nunca podría volar.- dijo la mariposa casi llorando.
- A lo mejor lo que pasa es que nunca te dejaron ni te enseñaron a volar.- dijo la amapola dulcemente.
La mariposa en seguida enjugó sus lágrimas y con una recién reencontrada sonrisa, le preguntó a  la amapola -¿Tu me enseñarías a volar?- La amapola rió y la contestó -´Yo soy una amapola, yo no vuelo como lo puedes hacer tu, mi forma de vivir es de otra manera, pero yo se que puedes volar, confío en ello, y si quieres te puedo ayudar. - ¿A sí? - dijo emocionada la mariposa. -¿Me enseña a volar?-.
-Claro que si.- afirmó la amapola. -Súbete a mi y cuando estés en la parte más alta yo cogeré impulso y te lanzaré para que te sea más fácil.- Pero la mariposa recordó que nunca la habían dicho como se volaba.
-Hay un problema- dijo la mariposa. -No se volar.- No te preocupes, yo confío en ti, el volar se lleva dentro, tu sólo confía en que puedes hacerlo.-
Entonces la mariposa se subió a la amapola, esta cogió impulso y a la de tres se soltó mientras lanzaba a la mariposa y la gritaba con fuerza: -Tu puedes volar.- La mariposa comenzó a batir sus alas y poco a poco comenzó a volar y a elevarse cada vez más.
Las últimas palabras que se la oyeron antes de desaparecer en el cielo fueron: -Gracias amapola, sin tu ayuda nunca podría haber conseguido volar a partir de ahora sonreiré por ti.-

Años más tarde la amapola se enteró de que la mariposa desde aquel  momento comenzó a sonreír, y a ayudar con su sonrisa a la gente por todo el mundo.
Y ella siempre que le preguntaban el porque lo hacia contestaba:

- Hubo una vez una flor que confió en mi, y me dejó subirme a sus rojos pétalos, desde ahí comprendí que ella estaba anclada al suelo pero también volaba a su manera, y de este modo asumí que volar por volar no sirve de nada, que si yo podía volar sería para seguir con la tarea que comenzó la amapola y enseñar al mundo que pueden volar siempre que dispongan de una sonrisa sincera y alguien a quien regalar su vuelo.
La amapola un día me lo regaló a mi, y siempre la llevaré en mi recuerdo como aquella flor que confió en mi.-



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