el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Psicoanálisis

Somo entes con patas, capaces de cambiar el mundo con una mirada.
Somos perfectos en nuestras imperfecciones, y eso es lo que nos hace nosotros. 
Somos un mundo rodeados de mundos, en otro mundo.
Somos nuestras sonrisas, y lo que nuestras sonrisas hacen en otras sonrisas. 
Cada uno somos quien elegimos ser, aunque a veces fallemos en nuestras decisiones. 
Somos jueces, pero hemos de darnos cuenta de que los sentimientos son subjetivos, y sean cuales sean son dignos de admiración, porque los sentimientos son vida, dan vida y a veces también la quitan. 
Somos sin lugar a duda, Américas necesitadas de algún descubridor que por casualidad crea que merecemos la pena ser conquistados.
Somos puzzles imperfectos buscando más piezas que nos encajen. 

En una palabra SOMOS, y por eso os doy las gracias por ser ayer conmigo, para que yo pudiera ser con vosotros. 
Ayer fui Felicidad, Por eso Gracias por SER.

Lejos

Desearía marcharme lejos, muy lejos, aun más lejos delo que ya estoy. No os ofendáis pero cada persona tiene su limite y el mio rebasó hace ya demasiado tiempo. 
Ya no soy aquella niña a la que vestir con horribles vestiditos, a la que exponer ante conocidos y desconocidos, la perfecta y bella niña, dulce y tierna y sobre todo aquella niña que jamás protestó por nada.
 Lo que pasa es que ya no sabéis quien soy y ni siquiera os molestáis en averiguarlo, en descubrirme, en confiar en  mi. 

Consecuentemente, mi paciencia se ha ido mellando, hasta el punto de olvidaros en pocos días cunado me voy. No os necesito, aunque a veces me queráis y quieran hacerme creer lo contrario. Muchos dicen que es una prueba, que utilice la compasión, pero, es tan difícil hacerlo cuando al dar amor, las personas que debían amarte  sólo piensan en si mismas... 
Y lamentablemente sé que si lloráis no lo hacéis porque esté aquí y no quiera volver, sino porque en el fondo de vuestro ser, sabéis de sobra que la culpa es vuestra. 

Por ahora no diré más. Pero por favor abstenerse de volverme a llamar del mismo modo que siempre.

Desantentamente:

Un corazón herido.

¿Qué me dirías?


¿Que me dirías si te digo, que en este ocaso la esperanza de nuevo se acuerda de existir? ¿si te digo que mi alma esta noche recordó cómo sonreír?,¿ si te susurro al oído que las más bellas palabras hoy se agolpan en mis labios para salir hacia ti empuñando una espada de besos...?

Si leerte es como un suspiro de mi melancolía, si la muerte que aprisionó a mi corazón hoy enfermaría si tus caricias me recorrieran de nuevo y todo sería tan mágico y especial como la primera vez...

¿Que me dirías si te digo que mi vida para ser vida necesita volverte a ver?

Pero sigo

Sigo sin dar más, ni pedir menos.
Por alguna extraña razón que ignoro, sigo anclada a cada segundo de mi pasado y de mi presente:
Sigo sin volar del todo,
Sigo con ganas de algo que aun no se si existe.
Sigo queriendo tocar el violín y deslizarme por sus delicadas cuerdas hasta el sonido perfecto.
Sigo sin conformarme con demasiado, ni con demasiado poco.
Sigo queriendo experimentar (a veces con miedo) todo lo que aun me queda.
Sigo adorando pasear en otoño sola entre las hojas caídas, sintiéndome una de ellas.

Pero sobre todo;

Sigo recordando y venciendo,
Sigo luchando y perdiéndome,
Sigo pecando y soñando,
Sigo siendo el proyecto perfecto de mi misma.

Viento en popa...

Siempre supe que esto acabaría más o menos así. Es como si una voz interior me fuera dictando desde dentro mediante pequeños susurros imperceptibles bajo el barullo exterior, que, todo transcurriría de la manera que ahora acontece.

Me vuelvo a encontrar, poco a poco vuelvo hacia atrás para resolver todo lo que no pude hacer en el pasado, sé que esto es una oportunidad; mi oportunidad y nada ni nadie conseguirá boicotearla.

Bajo ese espeso manto de niebla que cobija mi corazón, poco a poco va deslumbrando esa luz ahora casi imperceptible de mi yo.
Y eso me hace muy feliz.

Mi rumbo continúa con una nueva aventura a la que entregarme.