el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Reencontrar.

Hace tiempo que no te encuentro en medio de mi camino entre el placer y el amor.
Las puertas selladas de mi deseo no son solo para ti. Yo tampoco pude entrar en mis adentros para dártelos como cada noche solíamos hacer. Pero la muerte ha vuelto a bailar conmigo instantes antes de que mi cuerpo cediera a su antojo. Y me ha negado mis propios deseos escondiéndolos en un espejo que sólo refleja lo que hay fuera pero no deja ver nada del interior.
Miraste a mis ojos y rompiste el embrujo que embargaba mi razón.
El recuerdo de suaves tejidos de piel de seda envolviendo mi corazón mientras tu produces la música que mi corazón reproduce.
Tiempo, solo y como de costumbre era solo eso. Tu voz es la llave de mis secretos. Tu aliento el cálido pasar de las horas junto a ti.
Después de todo, siempre he sabido quien eras, quien somos  cada vez que nos redescubrimos como la primera vez, despojados de toda identidad salvo la marcada en las líneas de dos cuerpos que se enloquecen por amor.

1 comentarios:

Vida mía, no solo es cuestion de cuerpos, el deseo, sin amor, es vacuo, algo de lo que siempre, tanto tu como yo, hemos escapado.
Al menos mi deseo siempre ha venido de la mano del amor y el cariño que siempre te he tenido y te tendre.
Te amo cariño mio.

 

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