el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Cadenas

Ella era dulce, amable, optimista y tremendamente compleja.
Intentaba sobrevivir como podía durante los 3 meses de verano que volvía a casa.
El ambiente opresivo de su "hogar" la ahogaba día tras día, con la única esperanza de que cada dìa que pasaba, estaría más cerca de volver a la universidad y a aquella ciudad que para ella se combirtió en símbolo de libertad.
Cada mañana se levantaba a las 8:30, aunque siempre remoloneaba en la cama jugando con su perro, el cual se encargaba de despertarla un par de minutos antes de que sonara el despertador.
Se levantaba siempre de buen humor, independientemente de como acabara la noche anterior.
Bajaba las escaleras, y se preparaba su torta de avena y su café.
Mientras se cuestionaba cómo podía haber cambiado todo tanto y a la vez no haber cambiado nada.
Había una cosa clara, ella si que había cambiado, era una versión mejorada de si misma, con más paz interior, con más aguante, con más amor y pasión por la vida... por esa vida que ella siempre soñó y que cada vez estaba más y más cerca.
Desayunaba viendo el telediario y apenandose de cuanto dolor había en el mundo, decidiendo cada mañana que ella formaría parte de la solución del planeta a este caótico descontrol que nos estaba conquistando por los cuatro puntos cardinales. -Ya queda menos para poder ser yo para el mundo...-
Pero aun le quedaba mucho que aprender para ser útil...
Mientras tanto, una voz hiriente y muy desagradable la devolvía a la realidad de un golpe; era su carcelera personal.
- Lograré liberarme de estas cadenas, y por fin....-  Pero la voz volvio a resonar en toda la estancia.
El mundo deberá esperar por lo menos un par de años más.
Pero ella seguirá practicando con las personas a las que ama, practicara cómo hacer feliz a la humanidad con una sonrisa y su vida en juego.

1 comentarios:

Y no dudes que lo consigues vida mia

 

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