el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Penitente

Una ardiente flecha de plata clavada en mi corazón; eso es tu ausencia.
Mis ojos se pierden buscando caminos ya trillados donde encontrarte, pero incapaz de atisbar tan solo una pequeña pista de tu mirada posada en la mía los retales del olvido se dejan llevar por el viento...
Enmascarando sentimiento desbocados, arrastrados a la locura si aun sabiendo que estas, no estás.
Cabalgando sobre mi corcel de paciencia persigo una vana sombra que se desliza de árbol en árbol, de calle en calle, de pasado en presente y otra vez vuelta al pasado.
Creyente fervorosa de tu existencia más allá de un instante de locura, pero como todas los creyentes, soy creyente porque aun no he visto, ni creo nunca poder ver.
Como una fría estatua de piedra, silenciosa; penitente del pasado sigo buscándote entre las calles, entre los muros, entre el pasado y el presente.

Distancia

Aunque no quieras creerlo a veces te echo de menos.
Miro atrás y veo todos los buenos momentos a tu lado, y aunque me cueste aceptarlo también los malos, y es por estos últimos por los que todo sigue como hasta ahora.
Siempre que me pierdo entre las heridas abiertas de mi alma te encuentro a ti, desgarrando mi conciencia como si aun estuvieras aquí.
Y sólo una vez más pasaré sobre el puente, aquel que un día me hiciste comprender de su belleza oculta y ocultandome tras el velo de la distancia, sienpre seguiré ahí sin que tu lo sepas para no asustarnos más.
Ojalá Supiera porque te sigo escribiendo, y justo ahora suena el teléfono y eres tú...

Tas el cristal translúcido.

¿Porqué seguir soñando en blanco y negro si se ha demostrado que la vida real es en color? Es vivir tras la pantalla translúcida de una vieja televisión, Con interferencias cada 3 segundo y en la que sólo echan reposiciones de series demasiado antiguas como para pararte a verlas ni siquiera 5 minutos.
¿Para que buscarme la mirada tras el espejo roto si se que ahí no la voy a encontrar? Y repetir una y otra vez frases que ya han perdido el sentido, mientras intento mirar al exterior tras el cristal translúcido de mi viejo televisor.
Pasa el tiempo arremolinándose entre las hojas de un jardín con poca vida, sin pedir permiso para quedarse. Si sus dueños ya no se molestan en cuidar sus flores, y el recuerdo se queda embobado mirando como las raíces de unos árboles se hacen cada vez más gruesas afirmando así su perennidad.
De vez en cuando una paloma se para para beber agua en un pequeño estanque estancado. Pero la visita dura poco y de nuevo el silencio se apodera del jardín. .
Y entre esos aburridos programas, de vez en cuando se cuela un informativo del telediario que avisa de catástrofes que ya sucedieron hace tiempo, pero pasan inadvertidos y se intenta cambiar de canal.
Lástima, si no lo vieron no será porque no salió, quizás se fueron al baño en ese momento, pero aunque no quieran verlo, eso fue emitido en mi vieja televisión, esa en la que ahora el polvo se acumula sin que nadie haga nada por evitarlo.
Si nadie la veía no tiene sentido tenerla encendida, así que un día la apagué, y ahora no vale pedirme el mando a distancia para subir el volumen.
Ahora yo soy la única que ve tras el cristal translúcido de mi viejo televisor.