el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Insomnio

Tic, tac, tic, tac...
El tiempo pasa,
sudores fríos tan ardientes como estar en el propio infierno.
un pinchazo persistente en el pecho...
Y deslizarse grotescamente al abismo del pensamiento.

Tic, tac, tic, tac...
Empieza de nuevo,
mis venas segregan veneno.
Neuronas gimiendo,
espantadas de su propio aliento.

Tic, tac, tic, tac...
El dolor se regocija en mi cuerpo,
cadáveres del pasado que devuelve el viento.
escuecen los ojos agónicamente abiertos,
buscando desesperados consuelo a su lamento.

Tic, tac, tic,tac...
Ahora lo entiendo,
Es Mara atentando a mis sueños.
Cubriéndome por completo de velos,
que me impiden estar durmiendo.

Tic, tac, tic, tac...
Aun puedo sentirte a mi lado,
en un segundo de lucidez
pude cogerte la mano,
Pude desterrar el pasado,
ese que tanto nos aterra
y nos deja desamparados.

Tac, tic, tac, tic...
Ya mi terror se consume
y las últimas gotas del insomnio se están acabando,
ahora se que sigues cerca,
ahora comprendo que nada ha cambiado.

tic, tic, tic, tic...
Por fin mis ojos se van cerrando,
por fin mis labios te han encontrado,
ahora el amor mece mis sueños,
Porque comprendí que de nuestro dolor somos dueños.

Tanto tiempo

Tanto tiempo desenredando las los tirones del olvido,
deseando que fueras tu él que meciera mis desalientos.
Esperando verte aparecer de nuevo tras mi puerta,
en la que invertimos tanto miedo e ilusiones al construir
esa que tanto dolor nos costó acumular en la cuenta corriente del pasado.

Pero ahora estás aquí,
nos deslizamos camuflados entre días extraños,
demasiado veloces para alcanzarlos al galope,
montados en una cama de consuelo y esperanza,
que encontramos a la vez que nuestros ojos se volvieron a encontrar.

Te prometo compañero que siempre podrás encontrarme ahí,
que siempre podrás liquidar mi amor
paseando por las calles del porvenir,
y sonriendo en medio de la oscuridad.
Dando saltos en una colina de muelles
que se disparan cuando por fin llegas a mi.

Aunque el desasosiego amenace con llovernos,
aunque el tiempo quiera deshacernos,
aunque la esperanza no se fíe de nosotros.
Yo siempre me quedaré a tu lado;
tu siempre me tendrás ahí.