el bosque del poema

la poesia debe estar siempre en la mano de los que la sienten, y en el futuro de los que no.

Tanto tiempo

Tanto tiempo desenredando las los tirones del olvido,
deseando que fueras tu él que meciera mis desalientos.
Esperando verte aparecer de nuevo tras mi puerta,
en la que invertimos tanto miedo e ilusiones al construir
esa que tanto dolor nos costó acumular en la cuenta corriente del pasado.

Pero ahora estás aquí,
nos deslizamos camuflados entre días extraños,
demasiado veloces para alcanzarlos al galope,
montados en una cama de consuelo y esperanza,
que encontramos a la vez que nuestros ojos se volvieron a encontrar.

Te prometo compañero que siempre podrás encontrarme ahí,
que siempre podrás liquidar mi amor
paseando por las calles del porvenir,
y sonriendo en medio de la oscuridad.
Dando saltos en una colina de muelles
que se disparan cuando por fin llegas a mi.

Aunque el desasosiego amenace con llovernos,
aunque el tiempo quiera deshacernos,
aunque la esperanza no se fíe de nosotros.
Yo siempre me quedaré a tu lado;
tu siempre me tendrás ahí.




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