Sed de sangre y agua.
Pero soy de cristal, aunque por fuera parezca recubierta de piedra.
Y cada gota de sangre que se escapa de este transparente recipiente, quema.
Y cada vez que llueve, y se desangra también mi alma, deja de doler.
Porque soy de cristal y aunque este cristal no se rompe, a veces se resquebraja dejando escapar parte de mi alma.
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