Es posible que jamás llegues a leerme, tampoco es mi intención,
pero al menos las personas que lo lean podrán recobrar las esperanza de encontrar a alguien que les lleve de vuelta a si mismos.
Quiero darte las gracias porque no se muy bien en que momento, o con que palabras, has conseguido despertarme, hacer que retome la ilusión de cuando era niña.
Había abierta una brecha en mi interior que me separaba de mi.
Olvidé la ilusión, las ganas, la necesidad de lo complejo, la belleza del momento presente, cualquiera que sea en ese momento. La ilusión de crear sin necesidad de una crítica externa.
Olvidé el amor que profesé a todo lo que fuera conocimiento.
Ignoré voluntariamente la fe en mí. Me desligué de mis pasiones, de mis sueños, de mis sentimientos de cuando era niña, llegando a pensar que nunca tuve.
Pero de repente, una mirada dulce y desafiante me indujo en un viaje hacia mi verdadero ser.
Gracias, por seguir admirando el mundo, por exigir lo máximo de cada uno, por recordarme no conformarme. Por esperar una sociedad un poco menos dañina.
Gracias por descubrirme; por llevarme de regreso a mis orígenes.
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